En el siglo XX tiene lugar la recreación, copia y restitución, las aportaciones interpretativas. Sí, el flamenco hunde sus raíces en un pasado ignoto, pero toma forma en estos dos últimos siglos con muy pocas variantes esenciales, producidas en el momento en que sale de sus esferas originarias. Ha dejado, pues, poco lugar a experimentaciones debido a su culto absoluto a la tradición, aunque hoy los cantes se alargan con formas más relajadas, sin tanto nervio como el que podemos oír en las grabaciones del primer cuarto de siglo.
Foto: Miguel Ángel González